
Calorías del vaping
La diferencia entre fumar y vapear es que fumar suministra nicotina quemando tabaco, lo que puede causar enfermedades relacionadas con el tabaquismo, y vapear puede suministrar nicotina calentando un líquido de forma mucho menos dañina.
Aunque la nicotina es adictiva, no provoca cáncer. Entender la nicotina y el vapeo. Algunas personas se vuelven adictas a la nicotina después de fumar unos pocos cigarrillos”. Lee más sobre la nicotina en smokefree.org.nz
Al fumar, la cantidad de nicotina de los cigarrillos suele ser fija, y la cantidad que se obtiene depende de cómo se fume. En el vapeo, la cantidad de nicotina depende de la potencia del e-líquido que elijas y de la forma en que lo hagas.
El vapeo proporciona sensaciones similares a las de fumar un cigarrillo. Proporcionan sensaciones de sabor y de garganta que se acercan a las de fumar”. (Electronic Cigarettes for Smoking Cessation, Cochrane Review April 2021).
‘El menor coste de los cigarrillos electrónicos, así como su capacidad para ayudar a los encuestados a dejar o reducir el consumo de tabaco, fueron también razones comunes citadas para su uso.’ (Evaluación del Ministerio de Sanidad de los aumentos del impuesto sobre el tabaco como contribución al programa “Smokefree 2025”, informe final de 2018)
Enfermedad pulmonar por vapeo
El líquido (a veces denominado e-juice) de un producto para vapear contiene una combinación de ingredientes, entre los que suelen figurar la nicotina (la droga altamente adictiva que se encuentra en los productos del tabaco), el propilenglicol, la glicerina vegetal y los aromas. Muchas de estas sustancias se consideran seguras para la ingestión (comer); sin embargo, cuando estos líquidos se calientan crean nuevas sustancias químicas que pueden no ser seguras para inhalar. Por ejemplo, el proceso de calentamiento puede crear sustancias químicas como el formaldehído y otros contaminantes como el níquel, el estaño y el aluminio.
Hay más de 7.000 sabores de e-juice disponibles para atraer a los jóvenes canadienses y a los niños. Van desde el algodón de azúcar hasta el chocolate o el mango. Los jóvenes se sienten más atraídos por los sabores que cualquier otro grupo. De hecho, más del 83% de los jóvenes consumidores de cigarrillos electrónicos (de 15 a 19 años) afirman utilizar vaporizadores con sabor a frutas y caramelos o postres. Adornar un producto basado en la nicotina con nombres con sabor a caramelo o postre oculta el daño del producto y aumenta su atractivo. Los e-juices aromatizados son mucho más de lo que se esconde detrás del vapor.
Peligros del vapeo
Los cigarrillos electrónicos utilizan un dispositivo alimentado por pilas que calienta un líquido para formar vapores -o, más exactamente, aerosoles- que el usuario puede inhalar (de ahí lo de “vaping”). Estos dispositivos calientan diversos aromas, nicotina, marihuana u otras sustancias potencialmente dañinas. La nicotina es adictiva, por supuesto. Y aunque este hecho aparece de forma destacada en la publicidad, sabemos por experiencia con los cigarrillos normales que las advertencias no siempre funcionan.
No está del todo claro con qué frecuencia el vapeo puede provocar problemas pulmonares o quiénes corren mayor riesgo. Por ejemplo, ¿los problemas pulmonares son más comunes entre los vapeadores que ya tienen problemas respiratorios (como el asma) o que fuman otras sustancias, como los cigarrillos normales o la marihuana? ¿Es más frecuente entre los más jóvenes?
Además del placer que aporta el vapeo, algunas pruebas sugieren que el vapeo ayuda a algunas personas a dejar de fumar (aunque otras pruebas sugieren lo contrario). No está claro cómo se compara con un parche de nicotina u otros métodos para dejar de fumar. Hasta ahora, la FDA no ha aprobado el vapeo como método para dejar de fumar. Además, muchos fumadores que utilizan el vapeo siguen usando tanto cigarrillos como cigarrillos electrónicos.
¿Qué tan malo es el vapeo sin nicotina?
El consumo de cigarrillos es la principal causa de enfermedad y muerte prematura en Estados Unidos. Aunque el consumo de cigarrillos ha disminuido lentamente en Estados Unidos, muchas alternativas han ganado popularidad.
Los cigarrillos electrónicos también se conocen como e-cigarettes, e-cigs, vape pens o vapor cigarros. Estos dispositivos pueden parecerse a los cigarrillos tradicionales, a los bolígrafos o a las memorias USB. Pueden funcionar con pilas o ser recargables.
Los cigarrillos electrónicos no queman tabaco. En su lugar, tienen cartuchos llenos de un líquido que puede contener aromatizantes, nicotina, aceites de tetrahidrocannabinol (THC) o cannabinoides (CBD) y otras sustancias químicas. El cigarrillo electrónico calienta las sustancias químicas líquidas hasta convertirlas en un vapor que la persona inhala, por lo que su uso suele denominarse “vaping”.
Aunque los tipos y concentraciones de toxinas varían según la marca y el dispositivo, todos los cigarrillos electrónicos contienen sustancias nocivas. Sólo están disponibles en Estados Unidos desde 2006. Por ello, la investigación sobre sus riesgos para la salud a largo plazo es limitada. Debido a los riesgos, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) dio los primeros pasos hacia la regulación de estos productos en 2016, aunque todavía hay una regulación limitada del contenido de los e-líquidos y de los dispositivos.