Estudios sobre el vaping
Al salir de la niebla del “vape gate” en 2019 y entrar en una pandemia centrada en los pulmones en 2020, es seguro decir que ha habido una nube de desinformación flotando. Pero, ¿cuáles son los verdaderos riesgos de vapear cannabis?
“Cuando la crisis llegó con el vaping, mucha gente no sabía que en realidad provenía del mercado ilícito donde no tenían medidas de control de calidad”, explica la Dra. Chanda Macías, MBA, PhD, y CEO de Ilera Holistic Healthcare. “Con eso, varios gobiernos estatales, incluyendo Maryland, Virginia y muchos otros lugares, cerraron el período de vaporización. Luego levantaron la prohibición, porque se dieron cuenta de que esos casos se daban más en los mercados ilícitos. ¿Podemos hacerlo mejor? Sí, ahí es donde entramos a buscar mercados abiertos con licencia. Los que quieran participar en la industria del cannabis pueden hacerlo, pero bajo unas medidas de control de calidad total”.
¿Cuáles son estas modernas medidas de control de calidad del vape? Son estrictas, como puede decir Echo Rufer, PhD, DABT, Jefe de Biocompatibilidad y Toxicología de PAX Labs. La Dra. Rufer tiene una década de experiencia en el campo de la evaluación de riesgos toxicológicos. Su trabajo en una de las empresas de vaporizadores más destacadas del sector consiste en garantizar la biocompatibilidad de los vaporizadores mediante el diseño de programas de seguridad exhaustivos, el desarrollo de especificaciones de sustancias restringidas y la utilización de métodos de evaluación de riesgos toxicológicos de última generación para medir los riesgos para la salud y la seguridad.
Contraindicaciones del vaping
El cigarrillo electrónico moderno se presenta en diferentes formas, como la pluma electrónica, la pipa electrónica, el narguile electrónico, etc., y se conocen colectivamente como sistemas electrónicos de administración de nicotina (ENDS). Son básicamente vaporizadores, dispositivos que permiten a los usuarios inhalar un aerosol (vapor) que contiene nicotina u otras sustancias. Funcionan con pilas y utilizan un elemento calefactor para calentar el e-líquido de un cartucho recargable, liberando un aerosol lleno de sustancias químicas.
La idea es que fumar cigarrillos normales es súper perjudicial por los efectos del tabaco, el alquitrán y otros miles de carcinógenos en nuestro cuerpo y en los pulmones en particular, todo para conseguir una inyección de la adictiva droga nicotina.
¿Y qué pasa si podemos conseguir tu dosis de nicotina pero sin tener que quemar tabaco y todas esas cosas desagradables? Así que el “vaping” está de moda: obtenemos la nicotina en forma de e-líquido (y a veces con sabor para atraer a los niños) e inhalamos su vapor a través de este dispositivo. Es casi como un cigarrillo artificial, pero con la intención de que sea “seguro y limpio”.
Los riesgos del vapeo
Un vaporizador o vapo, coloquialmente conocido como vape, es un dispositivo utilizado para vaporizar sustancias para su inhalación. Se pueden utilizar sustancias vegetales, comúnmente cannabis, tabaco u otras hierbas o mezclas de aceite esencial [cita requerida], pero también pueden llenarse con una combinación de propilenglicol, glicerina y drogas como la nicotina (por ejemplo, el extracto de tabaco) o el tetrahidrocannabinol como solución líquida.
Los vaporizadores contienen varias formas de cámaras de extracción, como las de paso recto, venturi o venturi secuencial, y están hechos de materiales como el metal o el vidrio. El vapor extraído puede recogerse en una bolsa inflable o inhalarse directamente a través de una manguera o tubo. Cuando se utilizan correctamente, las temperaturas más bajas debidas a la falta de combustión[1] dan lugar a una extracción mucho más eficaz de los ingredientes. Por lo tanto, los efectos irritantes y nocivos de fumar se reducen en gran medida,[2][3][4][5][6] al igual que su humo de segunda mano.
De los estudios que han investigado la vaporización del cannabis, pocos han abordado la calidad del vapor extraído y entregado; en cambio, los estudios suelen centrarse en el modo de uso de los vaporizadores. Sin embargo, los que han abordado la calidad del vapor han demostrado resultados prometedores. Dichos estudios sugieren que la ausencia de combustión da lugar a un aerosol que contiene cantidades significativamente menores de sustancias nocivas que se encuentran en el humo, como el alquitrán, el monóxido de carbono y los compuestos cancerígenos conocidos como hidrocarburos aromáticos polinucleares (HAP). [8] [7] [9] Un estudio descubrió que el humo del cannabis contiene 111 compuestos (incluyendo varios HAPs cancerígenos) además de los cannabinoides, mientras que sólo se identificaron 3 compuestos adicionales en el vapor de cannabis, aparte de los cannabinoides. 7] Esto sugiere que la vaporización del cannabis puede ser una alternativa más segura que el cannabis quemado.
Vaping vs. fumar
A estas alturas, parece bastante claro que el uso de cigarrillos electrónicos, o vaping, es malo para los pulmones. Pero la investigación sobre cómo afecta exactamente el vapeo a los pulmones está en sus fases iniciales, dice el cirujano de cáncer de pulmón de Johns Hopkins Stephen Broderick.
“En los últimos 24 a 36 meses, he visto un aumento explosivo de pacientes que vapean”, informa Broderick. “En el caso del tabaco, tenemos seis décadas de estudios rigurosos que demuestran cuáles de las 7.000 sustancias químicas que se inhalan al fumar afectan a los pulmones. Pero con el vapeo, sencillamente aún no conocemos los efectos a corto o largo plazo y cuáles son los componentes de los cigarrillos electrónicos.”
Tanto fumar como vapear implican calentar una sustancia e inhalar los humos resultantes. Con los cigarrillos tradicionales, se inhala el humo del tabaco quemado. Con el vapeo, un dispositivo (normalmente un bolígrafo vapeador o un mod -un bolígrafo vapeador mejorado- que puede parecerse a un pendrive) calienta un líquido (llamado jugo de vapeo o e-líquido) hasta que se convierte en un vapor que se inhala.
“El vapeo es un sistema de administración similar a un nebulizador, con el que pueden estar familiarizadas las personas con asma u otras afecciones pulmonares”, dice Broderick. “Un nebulizador convierte el medicamento líquido en una niebla que los pacientes respiran. Es una forma muy eficaz de hacer llegar el medicamento a los pulmones”.